Mientras que la latitud terrestre se podía determinar midiendo la altitud del sol al medio día (o la de alguna de las estrellas tabuladas) cuando se cruzaba el meridiano local, no existía ningún modo de determinar la longitud durante la navegación por lo que eran frecuentes las pérdidas de ruta y los naufragios de barcos al chocar contra arrecifes. Uno de los naufragios más importantes, ocurrió en las islas Sorligas a unos 2km del extremo sur occidental de Inglaterra en la noche del 22 de octubre de 1707. En este naufragio, se perdieron 4 buques ingleses y 2000 hombres, este desastre marino acontecido por la perdida de la orientación, motivó que la reina Ana de Inglaterra promulgara el “British Board of Longitude”el 8 de julio de 1714 en el que se recompensaba con 20000 libras esterlinas a quien descubriera un método que permitiese hallar la longitud con un error no superior a medio grado después de 6 semanas de navegación por altamar. Este reclamo atrajo a multitud de pretendientes algunos de ellos con las ideas mas peregrinas, como la que pretendía fondear barcos a lo largo del mar cada 160km y que periódicamente dispararan cañonazos.
Pasaron más de 45 años desde los ofrecimientos de las primeras recompensas hasta que en 1764, John Harrison consiguiera desarrollar un cronómetro lo suficientemente exacto como para ganar el premio de 20.000 libras esterlinas .Se trataba del H-4 (4º prototipo de la serie de cronómetros que para este fin había creado).
El reloj exacto para calcular la longitud se basaba en que sabiendo que hora era en el barco y que hora era en Londres, al tardar 24horas la tierra en realizar una rotación completa de 360º a una hora le corresponde 15º y un grado son 4 minutos en cualquier parte del globo.
El Rey Jorge III le otorgaría el premio en 1773.
Posteriormente fue John Arnold quien se encargó de la producción de cronómetros para la Marina Inglesa.

John Harrison |

H4 |
Francia, por aquel entonces aliada de España en guerra naval con Gran Bretaña, queda atónita frente al avance tecnológico que representaba el cronómetro de marina H4 de John Harrison. Éste le daba una ventaja enorme a la flota británica que no podían permitir. Por lo tanto recurrieron a un arreglo similar al del “British Board of Longitude” utilizando la Real Academia Francesa de las Ciencias y el Ministerio de Marina.
Pierre Le Roy, hijo de Julien Le Roy crea la “Teoría de la precisión” que permite el desarrollo de un cronómetro de marina con prestaciones superiores al británico.
En 1760 gracias a sus inmensos conocimientos de astronomía y física, Pierre Le Roy se convirtió en el relojero oficial del Rey de Francia (Louis XVI) y miembro de la Academia de Angers. Habiendo sido él quien se llevó el premio de la Real Academia Francesa de la Ciencia por la invención del cronómetro de marina, su discípulo y posteriormente competidor Ferdinand Berthoud obtuvo el prestigioso título de Relojero de la Marina, y se convirtió en proveedor de cronómetros marinos a los buques de guerra de “La Royale”.
Siglo XIX. La revolución industrial
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En Europa durante las primeras décadas los grandes maestros de fin del siglo anterior crean sus escuelas de las que saldrán eminentes relojeros, como Charles Oudin alumno de Breguet que firmará muchos de sus relojes “Elevé de Breguet”.
El propio Breguet crea su manufactura en 1805 a la que denomina “Breguet et fills”. Julian Leroy y su hijo el maestro Pierre Leroy fundan la “Lerroy et Cie”. Eduardo Bovet comenzó con su manufactura en Fleurier (Suiza) en 1818, posteriormente abre una segunda empresa en Besancont (Francia) en 1832
Con la revolución industrial nacen las manufacturas relojeras, se pasa de pequeñas producciones en talleres con pocos obreros a la producción en cadena. Poco a poco van apareciendo marcas de relojes que muchas perduran hoy en día.
La marca Sandoz de relojes es una de las más antiguas, comenzando su andadura en 1693. En 1790 nace la marca Cortebert. A principios de siglo nace Hebdomas. Antoine LeCoultre funda su primer taller en 1833 a raíz de la invención de una máquina para tallar piñones de relojería. En el año 1845 se incorpora la importante firma Adrien Philippe que se asocia con el relojero polaco A.N. Patek denominándose desde entonces Patek Philippe. La marca OMEGA fue fundada en 1848 en Chaux-de Fonds , Tissot en el Canton de Neuchâtel en 1853. Ernest Francillon en 1862 construye la primera fábrica de Longines George Fabre-Jacot en 1865 funda su empresa denominándola en principio “les établissements George Favre-Jacot” posteriormente “Fabrique des Billodes” y desde 1897 su nombre de marca definitiva Zenith, en1862 nace la marca Cyma , en 1905 Rolex … Éstas y otras muchas marcas van apareciendo fundamentalmente en Suiza que alcanza su hegemonía mundial en relojes tanto en ventas como diseño y complicaciones, siendo la primera en registro de patentes.
Tarjeta de la firma JJ. Badollet de Ginebra. Circa 1875
En América nace en 1851 la "American Horologue Company" que años más tarde y tras varios cambios de nombre será la Waltham Watch Co primera manufactura en fundarse en USA, fabricante de 35 millones de relojes. Posteriormente y con el nombre de “Nacional Watch Company” se funda en 1864 la que posteriormente se denominó Elgin Nacional Watch Co. Que produjo 60 millones de relojes. La Mozart Watch Co que posteriormente se denominará Hampden se crea en 1864. Hamilton productora de relojes de gran calidad comienza en 1892. Estas y otras muchas marcas inician lo que será el dominio absoluto de la relojería americana desde el último cuarto de siglo XIX hasta mediado el Siglo XX en que es de nuevo superada por la relojería suiza (fundamentalmente por el grupo Swatch) y la emergente japonesa con la llegada de los relojes de cuarzo.
A titulo individual sobresale Adrien Philippe quien en 1842 inventa un sistema para dar cuerda y poner en hora el reloj desde la corona sin necesidad de llave, George Frederic Roskopf quien simplificó el reloj pasando de las 160 piezas que habitualmente lo componían a 57 abaratando los costes con lo que lo puso al alcance de la clase obrera.

Egin National Watch Company.1914 |
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Operarios de la William L Gilbert Clock Company. 1896
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Siglo XX. El fin del reloj de bolsillo
Dominado por el mercado americano, en el primer cuarto de siglo llegan a su apogeo los relojes de ferroviario. Muchos opinan que con los relojes de de ferrocarril, el reloj de bolsillo alcanzó la cima del desarrollo.
Con el inicio de la primera guerra mundial y el mercado de relojes de bolsillo saturado, una estrategia comercial de la marca americana Ingersoll Watch Company, desvió el mercado de relojes personales del de bolsillo al de muñeca y esto supuso su desaparición progresiva.
Reloj Waltham de 1918. Transición de bolsillo a muñeca
Con motivo de su 150 aniversario la casa Patek Phillipe creó en 1987 el reloj con más complicaciones del mundo, el denominado calibre 89, del que fueron creadas 4 unidades, en platino, oro blanco, oro rosa y oro amarillo, y el valor estimado e cada pieza es de 6 millones de dólares. Precisó de nueve años de trabajo, 1.728 piezas terminadas a mano. Dispone de 33 complicaciones. Su diámetro es de 9cm, su espesor de 4, y pesa 1,1 kilos.
El reloj en cuestión presenta las siguientes características. Da la hora de la salida del sol y el ocaso en Ginebra, el mes, estación del año, decenio, siglo y fase lunar, grandes y pequeñas alarmas a los que se suman cronógrafo, contadores, un calendario gregoriano, un mapa del cielo en la latitud de Ginebra o una indicación del día de Pascua por llegar que se presenta el 31 de diciembre a medianoche. Todas estas informaciones se leen gracias a dos cuadrantes, ocho discos indicadores y 24 agujas.
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Patek Phillipe calibre 89
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